¡Esos americanos estaban todos locos!
Al grito de: "¡Que vienen los comunistas!", surgieron una serie de películas de extraterrestres durante los años 50, en las que los pobres alienígenas venían todos de Marte, el Planeta Rojo, y eran todos muy malvados, todos obedecían ciegamente a un interés común y no tenían muchos sentimientos que digamos. Venían los marcianos a merendarse a los humanos, a transformarnos en ellos o alguna otra lindeza parecida.
Era la Guerra Fría, donde se sentía el gélido aliento macarthista en el lomo.
Y al socaire de todo esto, surgió esta peli, tal vez como una más de tantas de la época, pero que destaca por ser una buena película, inquietante. Los extraterrestres no son hombrecillos con pinta rara, son tus vecinos, tu familia, tus amigos, la gente con la que has convivido toda tu vida.
Además, políticamente, les salió el tiro por la culata. Si la intención era asimilar el concepto de comunismo con una invasión allende nuestra atmósfera, la cercanía del "enemigo" asemejaba más a las delaciones macarthistas, donde tu compañero de trabajo, tu vecino o incluso alguien de tu familia podía ser el "desalmado" que te llevara a la cárcel.
Pero, aparte de todo esto, es curiosa la memoria. Recuerdo la versión que hicieron en 1978 ("La invasión de los ultracuerpos", protagonizada por Donald Sutherland), que vi cuando era pequeña. Me ponían los pelos de punta los gritos que daban los "convertidos" cuando descubrían a algún humano (el dedo señalando, la boca desencajada, el chillido horrísono, la mirada vacía). Esta película, la del 78, pertenece a mi ideario. Y la del 56 pertenece al ideario del Gato con Bota, que la tiene en las brumas también de la infancia, y, las pocas imágenes que recuerda, son inquietantes. Espero que la película no pierda calidad para él.
Más info: FilmAffinity y Wikipedia.