Amy Winehouse, cantante inglesa, 24 años, nueva diva o quizás antidiva del soul moderno después de ganar 5 premios Grammy (el equivalente a los Oscar en el mundo de la música) gracias a su último disco "Back to black". La verdad es que lo de los Grammy me la repampinfla. Todos estos premios en el arte no son más que fiestas de autocomplacencia y propaganda de los magnates y corporaciones que se creen manejar el cotarro. Y claro, en parte lo consiguen, aunque por suerte hay muchísimo más allá. Pero bueno, reconozcamos que es lo que hay, y que aunque dentro de la vorágine comercial, multinacional y sacacuartos, hay artistas y artistas. Sirva de ejemplo que en esta gala en la categoría de "mejor disco latino" (¿qué será realmente eso de "latino"?) estaban nominados Alejandro Sanz, Miguel Bosé y Jorge Drexler. Ya que nos tenemos que tragar ese potaje mental-estilístico y entrar en el juego de las apuestas por simpatías y gustos, para mí Jorge Drexler con su último gran disco "Doce segundos de oscuridad" hubiera tenido que ganar a esos dos personajes que ya nunca podrán escapar de los tópicos y fórmulas que se han y les han creado. . . pero bueno ganó Alejandro Sanz.
Volviendo con nuestra antidiva, os contaré que la conocí hace muchos meses en esas mañanas de Música Es Tres (Radio 3). Esa voz potente, sugerente, cautivadora y esas canciones llenas de vientos me hacían pensar en una diva del soul cuarentona, por supuesto negra, proviniente de Mississipi o Lousiana, vistiendo vestidos largos y llenos de lentejuelas que poco disimulaban unas carnes generosas contoneándose al ritmo de saxo, trompeta y contrabajo. Pero no, se trataba de una chica joven, inglesa y mulata. Más atractiva, seductora y misteriosa que guapa y que en poco tiempo pasaba de estar jamona a la delgadez de una supuesta anorexia y viceversa. Pero lo mejor de todo era que la canción con la empezó a sonar se llamaba "Rehab" (Rehabilitación) y la letra decía algo así como: "Ellos intentaron llevarme a rehabilitar, y yo les dije: no, no y no" (olé mi niña!), y luego escuché otra canción y decía: "debes saber que tuve problemas y que no soy buena". ¿Era pose o realidad?, seguramente las dos cosas. El arte a veces no distingue entre la persona y el personaje.
Ya sabeis lo que tiene esto de la vida artística, y más si triunfas y te empiezan a caer billetes moraos. Pues eso, fiestacas y salidas nocturnas y más fiestacas. Todo es sexo, drogas y en este caso soul, y por lo visto a ella le gusta todo: los cubatas, la marihuana (en una entrevista afirmaba que se fumaba 300 euros de maría a la semana, pero no os engañeis que en la Inglaterra está bastante más cara que aquí, por lo que desde este rinconcito del mundo le recomiendo que se pille una casilla en La Solana con patio y terraza para las macetas que se venga por las noches a cantarnos y ver pelis en La Monstrua), la cocaína y creo que había imágenes pegándole a una pipa de crack. Para completar el cuadro, sólo falta lo típico: peleas con el novio, ingresos en hospitales, declaraciones provocativas, persecución periodística y. . . conciertos apoteósicos.
Pues así llegó Amy a los Grammy. En realidad, llegar no llegó, porque al más puro estilo Rolling Stone finales de los 60, las autoridades estadounidenses le denegaron el visado de entrada al país por su "problemas con las drogas". Pero desde la distancia se llevó todos los premios que en los últimos años se llevaron artistas "aparentemente más correctas" como Alicia Keys, Beyoncé, Cristina Aguilera o Norah Jones. Aunque ya he dicho que los Grammy me da un poco igual al menos está vez ganó mi preferida. . . y venga otro gramy, y otro gramy, a lonchear gramys.
La noticia de los Grammy, como todos los años, sale en todos los telediarios de desinformación de cualquiera de las cadenas que nos tocan sufrir en este país. Como imaginais hablaron todo el tiempo de lo que ellos consideran escándalos, de las drogas y del triunfo. Pero en ningún momento hicieron referencia a su música, su voz, sus orígenes, sus influencias. Pero no me extraña, porque la música y en general el arte, salvo los que cuentan con el apoyo de políticos, grandes fundaciones de bancos, consejerías, y multinacionales que sueltan bien la pasta para parecer generosos y comprometidos (esta tarde he visto al "rey de todos los españoles" inaugurando ARCO poniendo cara de interesado), nunca son noticia salvo para regodearse en los tópicos.
Que Amy se droga, ¿y qué? pues como todo el mundo. Ella lo dice, y a la vez es causa y consecuencia de su arte, de su música. No hay nada peor que hacer juicios morales de lo que no se sabe, son ignorantes e hipócritas. La diferencia está siempre en la sinceridad y en querer y saber transmitir sentimientos e ideas, y las drogas estarán siempre ahí, como lo han estado desde que la humanidad es humanidad. Si hablamos de música reciente, de mujeres, de creatividad y drogas pues ahí están Edith Piaf, Chavela Vargas, Janis Joplin, Grace Slick, Nico, Marianne Faithfull, Rickie Lee Jones, Madonna, Courtney Love, Las Grecas. . . qué más da si lo importante es la música.
Amy, por favor, no te rehabilites nunca, no abandones tu arte, tu música, aunque sea sólo por mí. Ven un día por aquí y nos vamos de fiesta. Yo pongo el vino, tú pones los ojos de gata, yo pongo el cigarro aliñao, y si quieres algo más fuerte, yo me atrevo contigo, que yo tampoco quiero ser bueno. . . Amy, I love you.
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jueves, 14 de febrero de 2008
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5 COMENTARIOS:
Hola!
Soy elfelix!
Alguien de vosotros se ha intentado poner en contacto conmigo... Escríbeme aquí: felisin@gmail.com
Un saludo!
Y arriba la Winehouse!!!
XD
Si la Amy se pasa por la monstrua nos tumba a todos, jeje.
Yo tambien esperaba una mujerona de Lousiana recién salida del coro parroquial y me llevé una sorpresa cuando la ví ( sobre todo a los del coro que le acompañaban en los grammy).
AL menos es genial que, música es tres y los grammy, en mi opinión, lo que España es a Australia, coincidan por una vez (¿por el año bisiesto quizás?) y pinchen para todos a Amy, que es genial.
Un saludo
¡Ay, señor gato con bota! Tal vez su nombre, sin buscarlo, alude a esta estupenda cantante y va usted enganchado a su bota de tintorro como homenaje a ella.
Dígale a la Winehouse que aquí tenemos una Wineland muy apañada.
pos a lo mejor va ser eso, señora gattaca, que nuestras adicciones vienen escritas en nuestro destino y nada podemos hacer para evitarlas... aunque ahora que lo pienso, a ver si va a ser al revés y es la Winehouse la que alude a mi nombre, que creo que yo soy más viejo (aunque seguramente menos pellejo), y será ella la que tarde o temprano acabe enganchada a mí, man que fuera al pitorro de mi bota.
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