"LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS" de Don Siegel (1956)

miércoles, 9 de diciembre de 2009

¡Esos americanos estaban todos locos!



Al grito de: "¡Que vienen los comunistas!", surgieron una serie de películas de extraterrestres durante los años 50, en las que los pobres alienígenas venían todos de Marte, el Planeta Rojo, y eran todos muy malvados, todos obedecían ciegamente a un interés común y no tenían muchos sentimientos que digamos. Venían los marcianos a merendarse a los humanos, a transformarnos en ellos o alguna otra lindeza parecida.

Era la Guerra Fría, donde se sentía el gélido aliento macarthista en el lomo.

Y al socaire de todo esto, surgió esta peli, tal vez como una más de tantas de la época, pero que destaca por ser una buena película, inquietante. Los extraterrestres no son hombrecillos con pinta rara, son tus vecinos, tu familia, tus amigos, la gente con la que has convivido toda tu vida.

Además, políticamente, les salió el tiro por la culata. Si la intención era asimilar el concepto de comunismo con una invasión allende nuestra atmósfera, la cercanía del "enemigo" asemejaba más a las delaciones macarthistas, donde tu compañero de trabajo, tu vecino o incluso alguien de tu familia podía ser el "desalmado" que te llevara a la cárcel.



Pero, aparte de todo esto, es curiosa la memoria. Recuerdo la versión que hicieron en 1978 ("La invasión de los ultracuerpos", protagonizada por Donald Sutherland), que vi cuando era pequeña. Me ponían los pelos de punta los gritos que daban los "convertidos" cuando descubrían a algún humano (el dedo señalando, la boca desencajada, el chillido horrísono, la mirada vacía). Esta película, la del 78, pertenece a mi ideario. Y la del 56 pertenece al ideario del Gato con Bota, que la tiene en las brumas también de la infancia, y, las pocas imágenes que recuerda, son inquietantes. Espero que la película no pierda calidad para él.

Más info: FilmAffinity y Wikipedia.

3 COMENTARIOS:

el gato con bota dijo...

Hey Gattaca, muy bueno este artículo que creo situa muy acertadamente el contexto de la peli. Al final no eran los extraterrestes que recordaba de mi infancia. En vez de judias gigantes era una especia de "macrochip" colocado en el cogote, aunque la inexpresividad y la falta de alma también estaban ahí. Una peli que sin ser del todo redonda si que es un buen ejemplo de la utilización del cine como alegoría... contar una historia para referirse a la realidad política y social del momento en que se realizó. Lo dicho "chapeau" por el artículo,

milady dijo...

Yo también recuerdo la otra peli de Donald Sutherland, que habrá que ver también para comparar. Me ha gustado la atmósfera y el terror de ser el único que ha podido sobrevivir a la invasión y nadie que te ayude o te crea. Sin efectos especiales, consigue inquietar más que muchas pelis supermodernas de ahora.

Anónimo dijo...

El Manzagato enmascarado ha visto ambas y ambas son buenas, pero como de costumbre es mejor la original.